El tema sobre el que voy a tratar hoy en este post consiste en el proyecto “One Laptop Per Child” o traducido a nuestro idioma, “Un portátil por niño/a”. Dicho esto, se trata de un proyecto que nace con el objetivo de proporcionar a todos los niños del mundo un ordenador portátil. Este diseño fue desarrollado por una organización sin ánimo de lucro.
El
ordenador presentaba unas características adecuadas al contexto en donde iba a
ser utilizado, pues tenía un mecanismo incorporado de tipo manivela para
generar suficiente energía; disponía de conectividad inalámbrica para permitir
la conexión entre aparatos y a Internet. Por ello diseñaron un portátil pequeño
y colorido que no pasaba de los 100 dólares de coste. Más de 2,4 millones de
niños y profesores ya tienen ordenadores de este tipo en todo el planeta.
La
finalidad del proyecto era facilitar el acceso de los niños a información, a la
elaboración de conocimientos propios y lo que es evidente, tener contacto con
la tecnología de la información. Las personas que viven en países
subdesarrollados no pueden acceder a este tipo de herramientas debido a la
insuficiencia económica y diferentes factores que lo imposibilitan de no ser
por esta iniciativa. Este proyecto se enmarca dentro del plan “One education”. La organización ha
facilitado el acceso a estos portátiles a niños de países subdesarrollados o en
guerra que ahora pueden tener acceso a una educación tecnológica y a través de
su portátil ver el mundo.Finalmente, el proyecto en el año 2014 dio por finalizado su actividad. Las discusiones internas en la organización y los malentendidos fueron las razones del cese.
Observándolo detenidamente, creo que fue una buena iniciativa humanitaria, sin embargo hay muchas teorías que desmontaron el fin del proyecto. Hay muchas críticas que manifiestan que la idea tiene una doble intención:
·
Venta únicamente de los productos a los
gobiernos.
·
Distribución de éstos más tarde a las escuelas.
También
afirman, que la compra debían de ser por encima de las diez mil unidades,
porque como el precio era bajo sólo era posible fabricarlos si la producción era
masiva. Asimismo, buscaban que el proyecto provocase un alto impacto en las
zonas en las que se distribuyó.
Me parece
interesante relacionar la publicación de este post/entrada digital con los
temas dados en clase acerca de la brecha digital y con las políticas educativas
digitales. Tal como decía Ricardo en una de sus clases magistrales, la tecnología
forma parte de nuestra vida y lo seguirá siendo en el futuro favoreciendo tanto
el aprendizaje de los niños como el de nosotros los futuros profesores. El
intento de romper con la brecha me resulta necesario, pero se puede ver que
había un interés comercial evidente por detrás. Todos los niños y adultos
tenemos derecho a tener acceso al conocimiento de la información, de seguir
avanzando y no quedarse en el olvido.
Personalmente
como iniciativa me pareció buena, ya que hay muchos niños que no tienen acceso
a este tipo de herramientas, pero también inviable. Hay niños que prácticamente
no tienen para comer y se mueren de hambre y las escuelas les regalan un
ordenador. Hay un choque de contextos bastante fuertes desde mi parecer.